VULCANO
Culan era un herrero, lo mismo que Hefesto-Vulcano, el dios de la fragua, que no es otra cosa, que otra visión de Sirio.
Como, Sirio, desaparecía en el horizonte durante parte del año, pareciendo hundirse en el océano, para luego resurgir de él. Así, Hefesto, al nacer era tan feo y desvalido que, Hera, ofendida, por traerlo a la vida, lo arrojó del cielo, desde donde cayó al mar y fue socorrido por Tetis y Eurínome, quienes lo escondieron en una gruta y le procuraron su primera fragua, para que no se aburriera, por medio de la cual, se desveló como un habilidoso alquimista y joyero, que en agradecimiento, dotó a sus salvadoras con hermosos y útiles enseres. Hera, celosa de un colgante que Tetis lucia, descubrió que su hijo no se hallaba muerto y, que, además, era el más valioso herrero que existía, por lo que se lo llevó de vuelta al cielo, donde, Hefesto, cometió la torpeza de interponerse en una trifulca entre su madre y Zeus, por lo que fue por Zeus de nuevo arrojado del cielo, esta vez cayó del día al ocaso y del ocaso al día, hasta que tocó suelo en la isla de Lemnos (Lemnos se halla en Licia <<Perro>>), rompiéndose, Hefesto, en su caida sendas piernas.
Así, Sirio (Vulcano el díos cojo de la fragua), rige la movilidad del hombre, el espíritu que lo hace andar, por lo que un símbolo de la realeza entre distintas civilizaciones del planeta es la cojera, donde para que el rey cojeara, se le dislocaba a posta la cabeza del fémur, lo que contrae los tendones de la corva, de manera que el talón no podía tocar el suelo.
Pues el talón, es sagrado por ser la parte que soporta el cuerpo, he aquí, el origen esotérico de los tacones.
Del mismo modo, a los herreros que eran muy apreciados, se los dejaba cojos para que no pudieran unirse a otros pueblos.
En astrología, hay quienes opinan, que el verdadero regente del signo de Virgo no es Mercurio, sino Vulcano-Hefesto, y, por tanto, Sirio, al que representa, de hecho, una de las características de Virgo es que sus nativos andan de forma extraña.
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